Cada año, acostumbramos a desearnos unos a otros, entre conocidos, amigos y parientes: “¡Que tengas felices Pascuas!” Pero… ¿Qué es en realidad, la Pascua? Es una celebración que tenía, y aún tiene el pueblo judío, en la cual se conmemora el libramiento de la esclavitud de Israel en tierras de Egipto. En esa ocasión fueron sacados milagrosamente por Dios de aquella tierra. En este sentido, la Biblia nos relata que Dios les había mandado que debían matar un cordero y con esa sangre pintar los dos postes y el dintel de las puertas de sus casas.
estuvieran bajo ese techo y obedecieran, serían libradas de la gran mortandad que se produciría por obra de Dios para castigar al pueblo egipcio, en medio del cual estaban esclavizados los judíos.
Así fue… Dios cumplió su promesa y los libertó. Por eso, cada año se gozan y celebran esa salvación.
Muchos años más tarde, Jesús también celebró la Pascua según la tradición, justo antes de ser entregado a muerte en la cruz, e instituyó una “Nueva Pascua”, que celebraría la libertad para siempre de la esclavitud del pecado, de todos aquellos que, como en la antigüedad, confiaran en una Sangre, pero esta vez mucho más sublime que la de aquel corderito.
Esta Sangre era la del “Cordero de Dios, Jesús”, que vino a quitar el pecado del mundo.
Si Usted quiere pasar unas “Felices Pascuas”, debe tener un motivo:
“Haber sido librado de la esclavitud del pecado”
y esto solo sucede en el momento en que, viéndose Usted pecador, reconoce que “Alguien” vino para librarlo y que, confiando en Su Sangre y pidiéndole perdón a Jesús por sus pecados, obtendrá la Salvación y la prometida Vida Eterna.
Si esto no lo hace, no hay razón por la cual Usted celebre o conmemore esta fiesta.
Lo invitamos que medite en esto…
 
Dios lo está esperando, y si acepta el sacrificio de Jesús a favor suyo, podrá pasar unas Felices Pascuas.

“…Porque nuestra pascua, que es Cristo, fue sacrificada por nosotros. Así que hagamos fiesta…”
 (1a Corintios 5:7 y 8)
– LA SANTA BIBLIA –